Título original: Rainshadow road
2º Friday Harbor
Autora: Lisa Kleypas
Género: Romántico contemporáneo
Editorial: Vergara
Lucy
Marinn es una joven artista del vidrio que se traslada a Friday
Harbor por amor. Pero la relación con su prometido no era tan sólida
como creía. Después de dos años viviendo juntos, un día Kevin da
por terminada la relación. En un principio son varias las razones
que esgrime, principalmente la personalidad de Lucy, pero, a la fin,
se trata de otra mujer. Una mujer que no es otra que Alice, la
hermana de Lucy.
Aturdida
y con la autoestima por los suelos, Lucy desea abandonar Friday
Harbor cuanto antes. Si ya le resulta de por sí doloroso que Kevin
la deje por su propia hermana, el tener que verlos y encontrarlos en
cualquier parte ya sería demasiado. Pero sus amigas Justine y Zoë
la convencen para que se vaya a vivir a la posada que ellas regentan
durante unos días, antes de tomar una decisión. Lo cierto es que
las primas aprecian sinceramente a Lucy y quieren que se quede. Es
durante esos días cuando conoce a Sam, el mediano de los hermanos
Nolan.
A
pesar de tener conocidos en común, como Justine, Zoe o el mismo
Kevin, los caminos de Sam y Lucy no se habían cruzado antes.
Lucy,
que duda de sí misma y se replantea su culpa en la ruptura con sólo
con Kevin, sino con anteriores parejas, no desea comenzar una
relación con nadie. En su futuro más inmediato no hay lugar para
ningún hombre. Sam, un soltero convencido que huye despavorido de
las relaciones largas, no puede hacer nada para evitar la atracción
que despierta en él Lucy. Viéndola herida y vulnerable, siente la
inexplicable necesidad de protegerla cuando tiene oportunidad, aunque
él tampoco desea nada más que una relación temporal y sin
ataduras.
Pero
primero la intromisión de Kevin, que le pide a Sam que salga con
Lucy para ayudarla a superar la ruptura -y de paso ayudar a que sus
suegros dejen de detestarlo si Lucy rehace su vida- y más tarde un
accidente, acercan a Lucy y a Sam de nuevo.
El
camino del sol nos lleva de regreso a la pintoresca y acogedora
Friday Harbor para, en esta ocasión, narrarnos la historia de Sam
Nolan.
Ya en
la novela anterior supimos que Sam es el hermano que vive dedicado a
sacar adelante sus viñedos. Sueña con que algún día los viñedos
de Sam Nolan produzcan su propio vino. Desde que comenzó el negocio
y se trasladó a la vieja y destartalada mansión victoriana que hay
junto a las tierras, no ha tenido tiempo para las mujeres. La llegada
de Holly y de Mark -que siguen viviendo con él- tampoco ha
propiciado que tenga tiempo ni oportunidad de salir mucho, menos con
mujeres. Sin embargo, desde que ve a Lucy por primera vez siente algo
especial por ella. Y cuando sin saber muy bien cómo, ella acaba
viviendo durante unos días en su casa mientras se recupera del
accidente sufrido, la intimidad entre ellos se hace mayor; lo que
hace más difícil luchar contra sus sentimientos.
Me
gustó mucho Una noche mágica, debo empezar diciendo eso, y El
camino del sol me ha gustado también muchísimo. La sensación que
me ha quedado al terminar la novela es dulce, cálida y... mágica.
También
rodeada, en cierto modo, por un aura a cuento de hadas, en mi opinión
es una historia inolvidable, romántica y entrañable en la que la
familia, la fe y la capacidad de recuperación de una persona son
puntales básicos de esta novela.
Además
de contar lo que es, desde mi punto de vista, una historia de amor
muy bonita, nos adentra en el corazón de Sam y de Lucy para ser
testigos de cómo sanan y crecen emocionalmente. Aunque sus heridas
no implican temas tan crudos como en la saga de los Travis, donde se
abordan temáticas más duras, también está presente esa evolución
que sufren los protagonistas a causa de vivencias del pasado. Y es
algo que a mí, particularmente, me ha atrapado desde la primera
página y embelesado de Lisa Kleypas como escritora de romántica
contemporánea.
La
dura vida de los hermanos Nolan ya nos fue explicada en Una noche
mágica. Son hijos de padres alcohólicos y nunca han sentido que
pertenecían a una familia. Hasta que llegó Holly y, poco después,
Maggie.
Además
vamos viendo cómo es la vida de Mark, Maggie y Holly tras el fin de
la novela anterior. Algo que a mí me encanta, pues me gusta que
protagonistas de novelas anteriores no desparezcan.
Pero
aún viendo cómo Mark ha logrado superar su miedo al compromiso, Sam
no cree que él sea capaz.
La
vida de Lucy no es bastante desconocida evidentemente. Sin embargo
los primeros capítulos de la novela nos narran su infancia, que
estuvo marcada por la enfermedad que Alice sufrió de niña. Después
de eso Alice se convirtió siempre en la débil, la hija a proteger y
los celos y la inseguridad marcaron la relación de las hermanas. En
el presente la de ellas sigue siendo una relación difícil, más aún
cuando Alice le roba el novio a Lucy. Por supuesto.
Con
todo este bagaje, en una vieja casa que los hermanos Nolan van
remodelando, con una sobrina de siete años que les ha robado el
corazón y quieran o no les ha cambiado la vida, con un hermano a
punto de casarse, con otro recién divorciado y con graves problemas,
incluso con la presencia del peculiar perro Renfield -sin olvidar a
un exnovio entrometido y una hermana que siempre parece quitarle
todo- y a toda una comunidad donde todos se conocen, nace la historia
de Sam y Lucy.
Lo
cierto es que la historia me ha parecido sencilla, envuelta en la
cotidianidad del día a día, pero creo que es muy dulce y romántica.
Diría también que es entrañable. Y de nuevo la magia está muy
presente, claro que en esta ocasión no de un modo tan metafórico
como en Una noche mágica.
No
quiero entrar en demasiados detalles, pues ni son relevantes ni es
menester desvelar más información de la necesaria, pero sí es
cierto que es algo que me ha sorprendido. No sospechaba nada similar,
en realidad esperaba una historia con personajes comunes y
corrientes. Pero pese a todo, tengo que confesar que no es algo que
me haya fastidiado la lectura. Creo que no es algo relevante, sino
algo que puede pasar como una mera anécdota y no deja introducir una
pizca de magia y fe en los personajes.
Mi
opinión es que aun manteniendo el espíritu y el estilo sencillo,
cotidiano y soñador de Una noche mágica, estamos ante una historia
un poco más desarrollada. En el sentido que es más extensa. De
hecho tengo la sensación -no sé si es imaginación mía o no- que
ya se vislumbra algo de la historia de Alex, el menor de los hermanos
Nolan, siempre envuelto en un halo de hastío, soledad y pesimismo
que acongoja. Personaje por el que desde la primera novela siento una
debilidad especial.
Poco
más puedo añadir sin caer en el riesgo de contar puntos importantes
de El camino del sol. Es una novela que a mi parecer destila
dulzura, sensibilidad y romanticismo. Una historia de amor
entrañable, inolvidable. Sencilla, sí, pero de ésas que calan muy
fácilmente porque sus personajes son tan humanos y reales que
traspasan el papel. Humana porque cuenta vivencias reales, aunque
Lisa Kleypas las envuelve de magia y fe.
Antes
de acabar, como siempre que comento una novela de Lisa Kleypas, me
siento obligada a añadir que a mí siempre me gustan sus novelas.
Todas me han gustado. Claro, unas más que otras. Soy incondicional.
Pero, ciertamente, esta nueva saga contemporánea me está
encantando. Es más dulce que la de los Travis, tal vez por ese halo
como de cuento que la rodea, tal vez porque destila magia en un
sentido un tanto irreal. A mí me tiene totalmente enganchada. Es una
historia con la que es fácil evadirse leyendo y que he terminado con
una sonrisa en los labios.
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