Título original: Beth and the bachelor
Autora: Susan Mallery
Género: Romántica contemporánea
Publicada: Harlequín Julia 1999/Harlequín Tiffany 2008
Hacía
mucho tiempo que Beth había dejado de creer en los cuentos de hadas.
Una mujer de casi cuarenta años, viuda y con dos hijos, no tenía
tiempo ni humor para soñar tonterías. Y, entonces, sus amigos la
pusieron en contacto con el mismísimo Príncipe Azul... El problema
era que Todd Graham era un hombre maravilloso e increíblemente
sensual, así que, ¿cómo iba a fijarse en la pobre Cenicienta?
Pero, si ella no le interesaba, ¿por qué se empeñaba en darle
aquellos besos que la dejaban temblando de anhelo? Todd no había
prometido que fuera para siempre, pero un cuento de hadas como el de
ella necesitaba un final feliz...
Creo
que son novelas como Cuentos de hadas las que, por su sencillez y
dulzura, que a su manera rescatan los ingredientes que dieron vida a
los cuentos de príncipes y princesas, que leímos en nuestra
infancia, las que nos hacen recordarlos en sus páginas. Al menos es
ésa la sensación que me ha provocado a mí esta historia que me ha
traído ese inequívoco recuerdo a Cenicienta.
Para
situar un poco a las lectoras que, como era mi caso, desconocían la
existencia de esta novela corta, os cuento que hace unos años
Harlequín, en su sello Tiffany, publicó Cuentos de hadas junto a
Cara a cara bajo el título Sueños hechos realidad. Existe alguna
edición anterior, pero ésta es la que he leído yo. El porqué de
esta explicación es deciros que es un título perfecto, pues ése es
el espíritu de las dos historias que componen el libro: la de dos
mujeres que hacen realidad una historia que, a priori, era nada más
que un sueño.
Beth
tiene treinta y ocho años. Es viuda desde hace varios años y tiene
dos hijos adolescentes: Jodi y Matt. Darren no sólo ha sido su
marido durante dieciocho años, sino que ha sido su primer y único
amor. Tras su muerte, Beth vive centrada en su hogar y sus hijos, dos
chicos estupendos. Pero un día sus amigos Cindy y Mike la sorprenden
con un regalo increíble: una cita con un hombre.
Lo
que sucede es que el hombre en cuestión es Todd Graham, un
multimillonario con el que Beth no tiene nada, absolutamente nada, en
común. La intención de Beth es negarse a acudir a tan absurda cita,
pero Cindy la convence porque, total, ¿qué tiene que perder?
Todd
Graham no sabe muy bien cómo un hombre como él, atractivo,
agradable y (para qué ocutarlo) millonario, que no necesita ayuda
para tener una cita, acaba convirtiéndose en la de una mujer a la
que no conoce y que ha tenido que pagar por ésa. Pero como todo
forma parte de una subasta para recaudar fondos, accede. Como el
caballero que es, planea ir a recoger a la dama en cuestión,
llevarla a cenar y, luego, amablemente escoltarla de regreso a su
casa. Pero la cita no resulta para nada lo que esperaba.
En
primer lugar, Beth, su cita, es una mujer entrada en la treintena
cuando él suele salir con mujeres de poco más de veinte años, es
madre y vive en un barrio de clase media. Físicamente, aunque
atractiva, no es tampoco el tipo de mujeres con las que se relaciona.
Y, lo más sorprendente, Beth parece muy reticente a salir con él.
Tanto es así que ¡lo deja plantado antes de cenar!
Todd
no tiene el menor interés de iniciar una relación, tampoco en
involucrarse en la vida de una mujer viuda que aún no ha superado la
muerte de su marido y que tiene dos hijos adolescentes. Pero Beth le
atrae de una manera que le inquieta pero le seduce a la vez. Es
refrescante, sincera, divertida y cariñosa. No parece consciente de
lo atractiva que es ni de las virtudes que posee.
Beth
aún no ha asimilado su vida como viuda, menos aún cree estar
preparada para iniciar una nueva relación. Pero a pesar de todas sus
reticencias y miedos, descubre que Todd no es sólo atento y
atractivo, sino un hombre junto al que se siente viva, femenina e
incluso feliz.
Lástima
que sus mundos sean tan opuestos y lástima que en la vida,como en
los cuentos, los sueños no se puedan hacer realidad... ¿o sí?
Con
un argumento extremadamente sencillo, incluso diría que un poco
previsible, Susan Mallery nos deleita con una maravillosa y romántica
historia que, a pesar de ser muy cortita, me ha provocado
mariposillas en el estómago desde la página uno.
Con
unos protagonistas nobles, serios y que no creen en el amor a primera
vista ni en segundas oportunidades, capítulo a capítulo nos
introduce en sus vidas, en su día a día con Jodi y Matt, incluso
con sus amigos y conocidos. Así nos percatamos de lo diferentes que
son, tal vez de lo poco compatibles que parecen ser o de cómo la
realidad terminará separando sus caminos. Pero como buena novela
romántica que es, nos demuestra que los finales felices siempre
llegan y que en sus páginas todo puede suceder.
Cuentos
de hadas es la segunda novela que leo de Susan Mallery, una autora
que me ha atrapado con estas dos historias y, ciertamente, me ha
picado el gusanillo. Tanto es así que, sin duda, voy a seguir
leyéndola.
En
mi opinión se trata de una historia de amor sencilla, entrañable y
enternecedora. Una que posee ese punto mágico que algunas autoras,
cuál hadas madrinas, logran hacer estallar en mitad de sus páginas
haciendo que lo que en apariencia es una historia gris y cotidiana se
convierta en una que te haga creer que el amor siempre vence.
Para
mí Cuentos de hadas es una historia muy bonita que, sin demasiadas
pretensiones, te envuelve con su sencillez y dulzura haciendo que no
puedes despegarte del libro hasta terminarlo. Sin dudarlo, os lo
recomiendo.
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