Título original: Lover Avenged
7º Hermandad de la Daga negra
Autora: J.R. Ward
Género: Romántica paranormal
Editorial: Manderley 2011
Ni
siquiera cuando su hermana Bella se casa con Zsadist, Revhenge deja
de mantener las distancias con La Hermandad. Son muchos los secretos
que oculta, secretos que en caso de ser desvelados, a él podría
costarle la vida, pero para Bella y su madre supondría ser señaladas
y rechazadas dentro de la raza vampiro. Con tal de protegerlas, tanto
a ellas como a Xhex, la jefe de seguridad del ZeroSum, y una de las
pocas que conocen sus secretos, soporta mes tras mes y año tras año
el chantaje y la degradación que le impone la princesa de los
sympath. Algo que va carcomiéndole poco a poco, aunque se crea que
es un ser sin alma.
Revhenge es un sympath, en realidad es
mestizo, es mitad sympath mitad vampiro, lo que lo coloca en una
situación más peligrosa y delicada, pues ni es bien visto en la
colonia de sympaths -colonia que está recluida y apartada de la
sociedad vampiro, dado que son considerados un grupo de sociópatas-
ni sería bien recibido, en caso de descubrirse su naturaleza, entre
los vampiros. Por tanto, no encaja en el mundo de ninguno.
Para
mantener a raya su lado sympath, que lo impulsa a ser antisocial,
manipular la mente de quienes lo rodean, así como leer sus
pensamientos y dejarse llevar por sus instintos, debe
inyectarse periódicamente dosis de dopamina. Pero esto tiene efectos
secundarios sobre él, uno de estos es que le provoca impotencia.
A
causa de su constante necesidad de inyectarse dopamina, así como
para combatir los efectos secundarios que los encuentros con la
princesa le provocan, debe acudir con frecuencia a la clínica de
Havers. Allí es donde conoce a Ehlena, una de las enfermeras que
trabajan en ésta. Allí es donde descubre que hay alguien capaz de
hacerle sentir diferente.
Ehlena le atrae desde mucho tiempo
atrás. Aunque no es del dominio público su otra naturaleza, los
vampiros civiles y la misma glymera le temen. Un aura peligrosa
parece rodearlo, haciendo que nadie se sienta tranquilo a su lado.
Las enfermeras casi echan a suerte quién será la que lo atienda
cuando acude a la clínica. No obstante, la enfermera Ehlena no sólo
no lo evita, sino que responde a sus duelos verbales y a pesar del
miedo que le tiene, lo encara.
Ehlena es una vampiro que años
atrás formaba parte del elitista grupo de la glymera, hasta que su
familia se vio desprovista de su posición social y dinero,
provocando la ruptura de su compromiso con un vampiro de la
aristocracia, la muerte de su madre y la enfermedad de su padre.
Durante los dos últimos años, Ehlena ha vivido junto a su padre
llevando una vida muy humilde, luchando día a día por tener
suficiente dinero para pagar el alquiler y una enfermera que lo cuide
mientras ella trabaja. Su vida se centra única y exclusivamente en
velar por su padre, enfermo de esquizofrenia.
Ha renunciado al
amor y a sus sueños de formar una familia, pero eso no impide que
dentro de ella, aún guarde un hilo de esperanza, ni que nazca una
atracción muy intensa hacia Revhenge y el deseo de salvarlo de eso
que parece ir destruyéndolo por dentro.
A pesar de lo que
empieza a sentir, Revhenge no se siente digno de Ehlena, a quien ve
casi como un ángel, bondadosa, compasiva, abnegada. Por dentro se
siente sucio, degradado. No obstante, cada día le cuesta más luchar
contra las emociones que logran traspasar los efectos de la dopamina,
retando a su lado sympath y descubriéndole un mundo de sentimientos
nuevos e indescriptibles.
Pero el amor que empieza a nacer
entre Revhenge y Ehlena está rodeado de demasiados obstáculos y
enemigos a vencer: los secretos que Revh esconde, su naturaleza
sympath, las maquinaciones de la glymera contra Wrath, en las que
Revhenge como leadhyre de ésta se ve envuelto, y la amenaza que la
sociedad de restrictores supone para toda la raza vampiro.
Es
innegable que desde Amante desatado, la novela de Vishous, la saga de
La Hermandad de la daga negra ha tomado un giro en su línea
argumental. No sólo por las revelaciones en las tramas, los
asombrosos cambios introducidos para la raza vampiro, sino que las
novelas no se centran únicamente en la historia de amor de la pareja
protagonista en cuestión.
Son varias las subtramas las que se
desarrollan en cada libro, a veces incluso eclipsando la historia de
amor.
No obstante, a pesar de ello, en mi opinión la historia de
Revhenge y Ehlena es sencillamente preciosa y tiene el peso
suficiente para mantenerte en vilo. Sin embargo el resto de historias
secundarias que se desarrollan son casi tan interesantes y adictivas
como el destino de Revh y Ehlena.
Para mí hay un personaje
que tiene un papel indiscutible en esta novela, y ése es Wrath.
Empezando porque se convierte en el objeto de un complot para
arrancarlo del trono, algo que al final es sólo una pincelada más
en el cuadro que va pintando Ward en Amante vengado, en una sucesión
increíble de acontecimientos.
La vida de Wrath sufre cambios
importantísimos y, al menos a mí, la subtrama que gira entorno a él
y a Beth me ha atrapado de principio a fin, emocionándome en
ocasiones, sufriendo en otras. Sinceramente me ha encantado porque
nos permite conocer más de esta pareja, cuya historia de amor al ser
la primera, no quedó tan desarrollada y al hacerlo nos deleita con
escenas que llegan al alma.
Entre el resto de secundarios
destacaría a John y Xhex. John por la evolución que sufre y
porque día a día es un pilar más importante dentro de la
Hermandad; Xhex porque un resquicio se abre en la coraza de la
hierética jefa de seguridad.
De todos los personajes secundarios
de Lover avenged, al margen de Wrath, Xhex es la que más me atraído.
J.R. Ward da las dosis justas de información sobre ella para que la
veamos bajo un nuevo prisma, mostrándonos un lado más vulnerable,
secretos de su pasado, pero dejándonos con la miel en las labios y
un desenlace que, al menos a mí, me ha dejado con el miedo en el
cuerpo.
Poco a poco Tohr parece ir renaciendo, algo que me ha
gustado muchísimo. El personaje de Lassiter, aún una gran
incógnita, se afianza dentro de la vida de la Hermandad.
Por
supuesto hay apariciones de todos o casi todos los demás hermanos y
shellans, que siguen mostrándonos cómo son sus vidas.
Si
bien hay ocasiones en que me llamaba más la atención las historias
secundarias, confieso que es a causa de las tramas tan asombrosas de
la novela, no porque la historia de Ehlena y Revhenge me parezca
carente de atractivo. Al contrario, me parece una historia preciosa
porque enseguida se ve que, en el fondo, tienen mucho más en común
de lo que parece a primera vista. Él dirige un negocio que es una
tapadera para vender drogas y sexo, ella una enfermera abnegada y de
principios, pero más allá de las abismales diferencias que los
separan, son dos seres que parecen irremediablemente destinados a
enamorarse.
Amante vengado me parece una novela trepidante,
con las dosis de suspense y amor necesarias para envolverte de
principio a fin, con tramas atractivas, que no decaen, con
sorprendentes descubrimientos, con momentos dulces y románticos,
trágicos y desgarradores, con tantas y tantas cosas que podrían
llenar páginas y páginas.
Creo que el personaje de Revhenge es
una sorpresa porque a pesar de lo que hemos ido descubriendo sobre él
y su pasado en libros anteriores, en esta novela se desvelan los
secretos que esconde él y su familia. Al margen de la historia de
amor con Ehlena, destacaría a Revhenge en su relación con
Bella.
En definitiva, creo que quienes disfrutaron con las dos
novelas anteriores aunque se entrelacen varias tramas, a veces en
detrimento de la historia de amor, Amante vengado no será una
decepción. Creo que merece la pena leerla, no sólo por la relación
de Revhenge y Ehlena, sino por la infinidad de sorpresas que depara
la saga.
De todos modos, a mí hay una escena que me ha gustado
por encima de todas, por su romanticismo y lo que transmite, y
que lógicamente no voy a desvelar, pero es entre Wrath y Beth que
parecen importantísimos en esta novela.
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