Título original: With seduction in mind
4º Las chicas de Little Russell/Las solteronas
Autora: Laura Lee Guhrke
Género: Romántica histórica
Editorial: Esencia
Año publicación: 2011
Para
Daisy Merrick perder un empleo es algo habitual. Ningún trabajo le
dura demasiado. En la mayoría de ocasiones se debe a su incapacidad
para guardar silencio y decir lo que piensa, sin tener en cuenta lo
inapropiado que pueda ser. Sin embargo, su enésimo despido se debe
a no aceptar las atenciones indeseadas de su jefe. Pero más allá de
las razones, la realidad es que Daisy está desempleada... otra vez.
Ante
un futuro incierto se plantea si, tal vez, no ha llegado la hora de
tratar de cumplir su sueño: ver publicadas sus novelas. Guiada por
un impulso, se persona en las oficinas del dueño de la Gazette
Social y editor, Marlowe, que es el marido de su amiga Emma, con el
fin de solicitar trabajo y entregar el manuscrito de su última
novela. Casualmente el crítico literario de Marlowe está de baja y
éste la contrata para sustituirlo. Su primer encargo consiste en
hacer la crítica de la última obra de teatro escrita por el afamado
Sebastian Grant, el Conde de Avermore. Daisy es implacable y la
despedeza sin piedad.
Sebastian
ha sido un escritor de éxito, algunas de sus novelas fueron
ensalzadas por los críticos y llevadas a los escenarios como obras
de teatro. Lamentablemente los últimos libros no han estado a la
altura de las expectativas ni tampoco las obras de teatro que, como
la última, ha sido retirada a causa de las pésimas críticas
recibidas, sobre todo la de ese individuo, George Lindsay, que
trabaja para su propio editor. Sebastian sabe que se juega mucho,
pues las musas parecen haberle abandonado y tras superar su adicción
a la cocaína, no ha sido capaz de volver a escribir.
Furioso
se presenta en las oficinas de Marlowe para exigir la cabeza de su
mayor retractor. Al hacerlo se lleva la sorpresa de su vida al
coincidir allí con una mujer, tan hermosa como locuaz, y que para su
consternación resulta ser George Lindsay.
El
primer encuentro cara a cara entre Daisy y Sebastian poco tiene que
envidiar del de dos púgiles. Se miden, se encaran y luchan
verbalmente el uno contra el otro. Marlowe no sólo se niega a
despedir a Daisy, alias George Lindsay, sino que secunda su opinión
sobre la obra del Conde de Avermore.
Desconocedor
de las causas de la sequía narrativa de éste, le pide que le
entregue nuevos manuscritos. Cuando éste le responde que no tiene
ninguno acabado, el editor le propone que trabaje en colaboración
con otros escritores y le sugiere que sea con Daisy, que deber pulir
su novela.
Aunque
inicialmente se niega, el Conde de Avermore y Daisy acaban en la casa
de Campo de éste trabajando conjuntamente en sus respectivos
manuscritos. Mientras Daisy pone todo de su parte por mejorar la
novela que Marlowe ha rechazado, Sebastian trata de hallar el modo en
que Daisy -convertida en su insobornable editora- dé el visto bueno
a un viejo manuscrito para que sea publicado y de ese modo pagar las
deudas que lo ahogan. La crisis en el sector agrícola ha mermado
considerablemente las ganancias de sus propiedades y sabe que sólo
con sus novelas puede salir a flote. Daisy es una rival dura de
batir, pero Sebastian se guarda un as en la manga, la que puede
llevarle a la victoria: seducir a su atractiva editora.
La
protagonista de Declaración de amor, Daisy Merrick, es una de las
jóvenes, solteras e independientes, que residen en la pensión de
la calle Little Street, habituadas a valerse por sí mismas en la
vida. Pero así como sus compañeras y amigas, Emma, Prudence o
Maria, o incluso Lucy, su hermana mayor, han logrado mantener su
empleo, Daisy es una mujer con grandes problemas en ese aspecto.
Su
sueño de ser escritora ha quedado aparcado durante años, trabajando
en su lugar como secretaria, mecanógrafa o taquígrafa. Al perder el
último de una larga lista de trabajos, sabe que ha llegado la hora
de intentarlo de nuevo.
Daisy
siempre ha respetado y valorado los consejos de Lucy, quien ha
tratado de inculparle el sentido de la responsabilidad y la
discreción. En el fondo Daisy envidia la serenidad de su hermana,
que dirige con éxito una oficina de empleo, y desea lograr lo mismo
con la escritura.
Pero
para ello debe conservar su nuevo trabajo como editora y lograr que
ese arrogante y prepotente de Sebastian Grant vuelva a ser el
escritor que siempre ha admirado, el que la cautivó con sus primeras
novelas. Pero el Conde de Avermore está decidido a no ponérselo
fácil.
En Declaración de amor, Laura Lee Guhrke vuelve a transportarnos al Londres
de finales del S. XIX y al día a día de un grupo de mujeres
solteras e independientes que no sólo trabajan sino que no se
preocupan del qué dirán, yendo y viniendo sin chaperona.
Con
cada novela encontramos a una protagonista diferente. En este caso
Daisy es una mujer vivaz, locuaz y un tanto soñadora. Su manera de
ser le dificulta enormemente conservar un trabajo pero, en su
corazón, lo que realmente desearía es ser escritora.
Conocer
y trabajar junto a uno de los escritores ingleses más renombrados de
la época -aunque durante los últimos años esté en decadencia-
marca no sólo su vida profesional sino sentimental.
A
pesar de los numerosos debates dialécticos entre ambos, es innegable
que se sienten atraídos el uno por el otro. Pero mientras Daisy cree
en el amor y en los finales felices, Sebastian es un hombre cínico y
amargado que no cree en éstos. ¿Podrá Daisy demostrarle lo
contrario? ¿Y logrará que le abra su corazón y le hable de ese
secreto que esconde?
En
líneas generales la novela me ha gustado mucho. De toda la saga mi
preferida sigue siendo Y entonces él la besó, pero Declaración de amor es amena, sencilla y cargada de ironía.
El que
ambos protagonistas sean escritores hace que, inevitablemente, el
argumento gire alrededor de el mundo editorial y la escritura.
Incluso la parte romántica está directamente enlazada con ello pues
es mientras ambos trabajan juntos en sus respectivas novelas que la
historia de amor da comienzo. Pero si Daisy es alegre, confiada y
optimista, Sebastian es pesimista, desconfiado y hosco. Mientras ella
vive por y para la escritura, a él no le produce más que angustia y
ansiedad. El ritmo es muy ágil, los diálogos ingeniosos y
divertidos y sigue la línea de las anteriores, aunque no tiene una
carga sentimental tan intensa ni romántica.
No
obstante, todas las novelas de Laura Lee Guhrke logran atraparme y si
bien como digo no es la que más me ha gustado de esta saga, creo que
es una novela buena que proporciona una agradable lectura.
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