Título original: Wife by Wednesday
1º Casaderas/Weekly Brides
Autora: Catherine Bybee
Género: Romántica contemporánea
Editorial: Debolsillo
Año publicación: Febrero 2013
Con
una sinopsis sumamente sencilla, creo que hasta un poco predecible,
en El Contrato he encontrado una lectura divertida, romántica y
chispeante. Así que no se tratará de una gran novela, advierto de
antemano a aquéllas que aún no la han leído, pero para pasar un
buen rato, creo que es un libro ideal.
A
primera vista casi parece que estemos ante una novela histórica.
Pues, para empezar, tenemos un protagonista rico -sumamente rico- que
para más inri es un duque británico. Blake Harrison, nuestro
apuesto y encantador duque, es un hombre que está a punto de cumplir
los treinta y cinco años. Edad en la que, según estipula la última
voluntad de su difunto padre, debe haber contraído matrimonio para
heredar.
Y
no es que Blake, por sí solo, no sea un hombre rico, que lo es. Ha
amasado su propia fortuna trabajando, algo indigno a ojos del difunto
duque.
Tampoco
se trata de que Blake esté ansioso por satisfacer las órdenes de su
padre, que no lo está, y que aun después de muerto trata de
manipularlo. Pero tampoco le sorprende demasiado saber la existencia
de dicho codicilo en el testamento, pues la relación entre ellos era
francamente tirante.
Sin
embargo, más allá de todo eso, la idea de que su odioso primo
herede en su lugar y tener que ver a su madre y a su hermana
obligadas a abandonar la antigua y noble mansión familiar, le hace
sentir culpable. Así que accede a cumplir con esa última voluntad,
según la que debe casarse inmediatamente.
El
problema es que tiene sólo dos días para casarse, pues la fecha
límite está a punto de cumplirse. Para eso recurre a Alliance, la
agencia matrimonial de Sam Elliot, del que espera le encuentre esposa
inmediatamente. Claro está, su idea es la de un matrimonio
concertado, por conveniencia, más o menos como se estilaba entre sus
nobles ancestros.
La
primera sorpresa de Blake es descubrir que Sam Elliot es, en
realidad, Samantha, una mujer atractiva, pizpireta y con una voz muy
sensual. Sam se presta a encontrarle esposa con la celeridad de un
chasquido de dedos y, de hecho, al instante le presenta a tres
candidatas idóneas.
La
segunda sorpresa se la lleva ella, ya que tras evaluar a las
candidatas -en realidad las fichas que le presenta- Blake le ofrece
un contrato de un año de matrimonio, tras el que se separarán
amistosamente y, a cambio, Sam recibirá un sustancioso y escandaloso
pago.
El
primer impulso de Sam es negarse, ella no está en el mercado
matrimonial, ni siquiera si se trata de casarse con un duque. Pero
sus problemas económicos y cargas familiares le hacen replantearse
la propuesta y, al final, accede. Después de todo es un acuerdo
sencillo y cordial. Blake y ella son sinceros el uno con el otro,
ninguno se engaña ni espera más de ese contrato. Y siendo así,
nada puede salir mal. Blake conseguirá su herencia y ella asegurar
el futuro de su hermana Jordan.
Sin
embargo cada día le resulta más difícil resistirse a los besos de
su atractivo marido, a su encanto y a la atracción latente entre
ellos. ¿Será capaz de resistir la tentación? Y aún más
importante, ¿saldrá su corazón indemne de ese matrimonio?
Tal
como he comenzado diciendo, El contrato es una novela con la que me
he llevado un agradable sorpresa. Se trata de una historia simple,
hasta cierto punto previsible, pues no se puede negar que a medida
vas avanzando en la lectura, puedes imaginar y suponer sin mucho
riesgo de error lo que acontecerá después.
De
hecho debo confesar que he leído novelas con un argumento muy
similar. Pero pese a todo, o incluso por eso, esto he disfrutado
mucho leyéndola.
Principalmente,
porque se trata de una historia fresca y sencilla, en la que no
existen demasiados personajes alrededor que interfieran en el curso
de la trama. Son pocos los personajes secundarios que aparecen y, si
bien cada uno de ellos tiene un papel en la novela, la novela gira
alrededor del matrimonio de Blake y Sam casi exclusivamente.
Lo
que empieza como un acuerdo amistoso, en el que existe una gran
confianza y apoyo mutuos, poco a poco va desembocando en otros
sentimientos. Y Sam y Blake, cada uno por su lado, comienza a
replantearse la inteligencia de haber accedido a ese matrimonio.
Además, evidentemente, acontecen diferentes hechos relacionados con
el testamento que propician giros muy interesantes en la trama
-también, reitero, puede que previsibles- pero que no menoscaban una
historia sencilla, romántica y divertida.
Como
digo se trata de una novela sencilla, tampoco excesivamente extensa
en cuanto a número de páginas, con un argumento bastante
previsible, pero que pese a todo esto me ha hecho pasar un rato muy
divertido.
¿La
razón? Sobre todo porque me ha encantado el carácter de la pareja
protagonista. A primera vista Blake puede que parezca un poco
estirado, pero enseguida nos percatamos que es amable y encantador.
Y Sam, por su parte, es una mujer muy sensible que esconde un lado
muy vulnerable que no muestra demasiado. Poco a poco, a medida pasan
las semanas, van conociéndose mejor y no sólo comienzan a sentirse
físicamente atraídos el uno por el otro, sino que descubren como
son realmente, debajo la fachada que muestran.
Realmente,
repito, es una lectura muy pero muy sencilla, sin asesinatos, sin
misterios y sin una trama oscura y cargada de escenas de sexo que
parece que es lo que prima más. En este caso estamos ante una novela
romántica contemporánea, ni más ni menos. Yo la veo como casi
como una comedia romántica, como ésas que puedes ver en el cine o
en una tarde en casa.
En
definitiva, sin tratarse de una historia inolvidable, lejos de esas
que dejan huella, es romántica, entrañable y amena. Si no buscas
nada más...
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Tus comentarios enriquecen este blog. ¡Muchas gracias!