Título original: Atlantis rising
1º Guerreros de Poseidón
Autora: Alyssa Day
Género: Romántica paranormal
Editorial: Valery
Año publicación: 2009
El resurgir del Atlante es la primera
novela de la saga de los Guerreros de Poseidón que se centra en la
mítica tierra de la Atlántida. Se cree que once mil años atrás,
antes de que fuera engullida por el mar, el dios de los Atlantes,
Poseidón, asignó a siete guerreros para que actuaran como los
protectores de la humanidad contra el mal encarnado en la figura de
los vampiros, cuya diosa es Abunisa. La única regla establecida por
la deidad de los atlantes fue que esos guerreros jamás podrían
desear a un ser humano. Fue algo que quedó terminantemente
prohibido. O eso se cree.
Conlan de Atlántida es el príncipe
de este reino. Pese a que para la humanidad, éste fue arrasado y
tragado por el mar, en realidad sólo permanece oculto al ojo humano
gracias a un hechizo que lo hace invisible para todos. Pero éste
existe, como lo hace su príncipe -y futuro rey- y sus siete
guerreros, cuya misión es velar por el bien y la protección de la
especie humana.
Existen en el mundo, mezclados con el hombre,
otras criaturas tales como vampiros, hombres lobo… incluso los
atlantes.
Conlan fue capturado y hecho prisionero por Anubisa
y durante siete y tortuosos años, en que fue sometido a toda clase
de torturas, humillaciones y vejaciones. Sin embargo, cuando creía
que ésta acabaría con su vida, logra escapar y regresar a la
Atlántida, a cuyo regreso descubre que el Tridente de Poseidón ha
sido robado.
Durante siglos, éste ha sido el arma de ascensión
al trono para cada nuevo rey. Sin él, Conlan no puede ser coronado
Rey, pese a la proximidad de la fecha: el día de su quinientos
cumpleaños. Ese mismo día debe contraer matrimonio con una de las
vírgenes elegidas por Poseidón.
A falta del Tridente,
Conlan, junto al propio Alaric, el sacerdote de los Atlantes, Ven,
también conocido como Lord Venganza, y el resto de guerreros
atlantes deciden recuperarlo para salvaguardar la continuidad del
reinado de los atlantes. Es esa aventura que conoce a Riley Dawson.
Ésta es una trabajadora social, dedicada en cuerpo y alma a su
trabajo, aunque a menudo éste le reporte decepciones y sentimientos
de culpa cuando no logra evitar la muerte o ayudar a alguna persona.
Riley posee una asombrosa capacidad, es empática. Tiene una
conexión mental con los atlantes, algo que durante miles de años no
había sido detectado por los guerreros. Hasta la fecha la joven sólo
ha sentido esa conexión mental con su hermana Quinn, con la que se
comunica telepáticamente. Además Riley siempre ha sentido una
afinidad y vínculo especial estando cerca del océano. Sólo sus
olas la calman y junto a sus aguas halla el solaz que necesita cuando
las desazones y preocupaciones diarias son demasiado insoportables.
Un día en que está a punto de ser víctima de un grupo de
delincuentes, dispuestos a violarla o matarla, aparece un hombre que
parece surgir de las aguas. Éste es en realidad, un atlante, o más
concretamente, el príncipe de ellos: Conlan.
Conlan evita con su
aparición que Riley sea herida o asesinada, y enseguida es
consciente de esa conexión mental que es capaz de establecerse entre
ambos. Algo que lo sorprende profundamente, ya que durante miles de
años no se ha sabido de ningún caso parecido. Lo más sorprendente
es que Riley es una simple humana y no una atlante.
Simultáneamente
al descubrimiento de ese vínculo entre ambos, también son
conscientes del deseo sexual que brota entre ambos. Algo que Riley no
comprende, y algo que Conlan sabe que está prohibido terminantemente
entre un Atlante y una humana.
En Conlan nace además un
sentimiento de posesión extremadamente marcado hacia Riley, que raya
casi lo obsesivo. Desde que sus caminos se encuentran, está decidido
a mantenerla a su lado y a evitar que cualquier otro, sea hombre o
atlante, se acerque a ésta.
Pese a que cree que cualquier
sentimiento o resto de emociones han muerto en él, después de siete
años rigiéndose únicamente por el dolor y el odio más desmedido,
es incapaz de renunciar a Riley, quien, pese a lo chocante que le
resulta aceptar que se encuentra ante el mismísimo príncipe de los
atlantes, se siente igual e irremediablemente vinculado a él.
A
la vez que ambos tratan de aclarar sus sentimientos y acercar
posturas, Conlan y sus guerreros están completamente decididos a
recuperar el Tridente de Poseidón.
Sin embargo, no todos los
guerreros aceptan tan fácilmente la presencia de una humana en la
Atlántida y en el seno de los atlantes, lo que reporta infinidad de
suspicacias, recelos y desconfianza.
Cuando tanto Conlan como
Riley empiezan a reconocer que posiblemente ambos se estén
enamorando del otro, la joven descubre el secreto de Conlan: éste
está prometido por mandato de Poseidón mientras ella se va
enamorando poco a poco de él.
El resurgir del Atlante es una
novela que si bien nos adentra en una temática original y sobre la
que versan infinidad de leyendas y mitos, y que está poco explorada
dentro del género de la novela romántica, es un tanto confusa y
superficial, a mi parecer. Por un lado nos presenta la existencia del
antiguo continente como un hecho real, no un mundo destruido y
desaparecido de la faz de la tierra. Por otro describe la vida como
una convivencia entre vampiros, que se alimentan de las emociones
-sobre todo el dolor- y sangre humanas, los mutantes de formas
(hombres lobo, hombres tigre y una infinidad similar) y los humanos.
Y por último, los atlantes que aunque poseen reino propio, también
se camuflan entre la humanidad cuando se requiere, ya que una de sus
misiones es velar por la vida de todos los humanos.
La novela
está narrada con agilidad y rapidez, y sin ser una historia profunda
y memorable, es entretenida pero un tanto caótica en algunos puntos.
Da demasiada información que no termina de explicar bien. En
definitiva es, en mi humilde opinión, una novela que aunque original
tampoco peca un poco de superficial y a la que le falta de
profundidad, con un desenlace muy brusco que deja algunos puntos, a
mi parecer inconclusos o poco desarrollados.
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