Título original: Kissing the countess
3º Trilogía escocesa
Autora: Susan King
Género: Romántica histórica
Editorial y año publicación: Titania/Books4pocket 2006
Tras
la muerte del antiguo conde de Kildonan, su hijo Evan hereda el
título y las posesiones de éste. Tras años de ausencia regresa al
valle de Glen Shee. Pero los aldeanos no lo reciben con los brazos
abiertos, sino con abierta hostilidad. El que el anterior conde
expulsara a miles de highlanders de sus tierras para que su lugar lo
ocuparan rebaños de ovejas, es aún una herida abierta para los
familiares y amigos que permanecieron y han llorado las ausencias.
La
intención de Evan no es la de permanecer mucho tiempo en las
Highlands, sabe que no es bienvenido, pero antes de marcharse debe
arreglar algunos asuntos.
Tras
su llegada a la tierra que lo vio nacer, Evan sale a hacer alpinismo
con un buen amigo. Acaban separándose y una tormenta azota las
montañas. Evan cae de la montaña y queda malherido, a merced de las
inclemencias del tiempo.
Catriona
MacConn, una joven nacida y criada en las Highlands -y la hija del
párroco- lo encuentra mientras descendía de la montaña. Lo lleva
hasta un refugio en la montaña donde ambos se guarecen de la
tormenta. El refugio no es nada más que una cabaña destartalada, lo
que les obliga a compartir provisiones, manta y el calor de sus
cuerpos. Aunque la idea de Catriona era la de auxiliar a un herido
-no reconoce en él al nuevo conde de Kildonan- y la de él
comportarse como un caballero, ambos comparten algo más que una
manta, sus cuerpos y unas horas de pasión.
La
reputación de Catriona queda en entredicho cuando son rescatados
pues, pese a la defensa que Evan hace de la misma, no hay vuelta
atrás. Para evitar que la muchacha sea alejada del valle y de su
hogar, Evan le propone matrimonio.
Durante
años, Catriona se ha dedicado al cuidado de su padre y su hogar. Es
una joven alta y de constitución fuerte, cuyos cabellos rojizos la
hacen destacar. Entre los aldeanos se la conoce como la Hija Fea, que
es el nombre que se le da a la hija de la familia cuyo sino es cuidar
de sus hermanos y anciano padre, renunciando a sus esperanzas de
casarse. Aunque en secreto siempre ha anhelado casarse, la idea de
casarse con el nuevo conde de Kildonan no le atrae demasiado. Puede
que antes de conocer su verdadera identidad Evan sí le atrajera,
hasta el punto de entregarse a él, pero descubierta ésta sus
sentimientos son ambivalentes. Aunque le atrae no puede olvidar de
quien es hijo y lo que éste hizo con los habitantes del valle.
Siendo
así, ¿qué futuro aguarda a este matrimonio?
La
condesa de Kildonan es la novela que da fin a la trilogía escocesa.
Creo que tanto la historia como la ambientación que la envuelve
están en la línea de las dos anteriores.
Tal
como sucediera en La heredera domada y La princesa dormida, leyendas
escocesas y tradiciones ancestrales se dan la mano en estos libros
que, pese a ello, muestran grandes dosis de realidad y una minuciosa
labor de documentación.
Me
gusta la narrativa de Susan King, las descripciones que hace del
valle y las Highlands, me gusta ese aura mágica que rodea cada
novela y, también, las bonitas historias que cuenta.
Aunque
he leído muchas novelas ambientadas en las Highlands, creo que las
de esta autora son diferentes y muy originales. Tienen un aire a
cuento de hadas que a mí, particularmente, me parece encantador.
Como
tantas otras novelas La condesa de Kildonan parte de un matrimonio
que se celebra por obligación. Evan quiere restablecer el honor de
Catriona. No es sólo ese hecho -la falta de amor- el que se
interpone entre la pareja, sino que proceden de mundos opuestos. Él
es el nuevo conde de Kildonan, ella una humilde hija de párroco con
apariencia más próxima a una campesina o pastora. Y no hay que
olvidar tampoco que a ojos de todo el valle, Evan es el digno sucesor
de su padre, un hombre odiado por todos.
Catriona
había renunciado a casarse, no sólo por su edad sino por su
apariencia. Es consciente de que su aspecto de mujer saludable, alta
y fuerte hace que no cuente con demasiadas atenciones por parte
masculina. También es cierto que para todos es la Hija Fea del
párroco.
Por
ello el matrimonio con Evan le abre las puertas a un futuro que sólo
creía posible en sueños. Sin embargo, Catriona lleva en el alma el
valle y si Evan vende parte de sus tierras y se marcha, sabe que ser
vería obligada a ir con él.
Para
Evan casarse con Catriona es una deliciosa locura que, de algún
modo, trae una nueva luz a su vida. Nunca olvidó a aquella muchacha
que cantaba en el valle mientras miles de highlanders se veían
obligados a marcharse. Y descubrir que la dueña de aquella dulce voz
era Catriona le emociona.
Sin
embargo hay parte de él, secretos que no quiere compartir y, a su
vez, sabe que a Catriona le sucede lo mismo.
Al
igual que en novelas previas, tengo que destacar la minuciosa
documentación que la autora ha realizado para escribir esta historia
donde nos describe la labor de un ingeniero de puentes en el siglo
XVIII. Además nos deleita con la ambientación que rodea el valle,
las supersticiones y canciones gaélicas de la época.
La
historia de amor que cuenta me ha parecido muy bonita. Aunque en mi
opinión los secretos que guardan uno y otro no me han parecido tan
terribles, especialmente el de Evan. Pero ver como la desconfianza
inicial hacia Evan va desapareciendo y ser testigo como el uno se va
enamorando del otro construye una novela tierna que, al menos a mí,
me ha gustado mucho.
Creo
que las novelas de Susan King son diferentes, son especiales. Tal vez
no gocen de la popularidad de las novelas de escoceses de otras
autoras pero me parecen casi como cuentos, en el sentido de cómo
juega con hechos reales y leyendas en una misma historia y te
envuelve entre la realidad y los sueños.
Por
todo ello me parecen una opción de lectura amena y muy recomendable.
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