Título original: Just Ella
1º Princesas
Autora: Margaret Peterson Haddix
Género: Juvenil
Editorial: Versátil
Año publicación: 2010
MI
NOMBRE ES ELLA de Margaret Peterson Haddix
Ya
conocéis la historia: el zapato de cristal, el Príncipe Encantador,
felices para siempre... Bienvenidos a la realidad: aburridas clases
de genealogía real, de costura, de cómo comportarse como «una
señorita» y, lo peor de todo, un príncipe que es todo menos
interesante y, desde luego, en absoluto encantador.
La futura
princesa Ella trata de enfrentarse a su nuevo estatus real, pero se
da cuenta de que no tiene madera de «majestad». Sin embargo, romper
el compromiso no va a resultarle nada fácil, especialmente cuando
empieza a sentir algo por otro chico... Si Ella quiere escapar de
palacio, deberá utilizar todo su ingenio, determinación y coraje,
además de renunciar a todo aquello que se espera de «una
señorita».
Desde
que tengo memoria los cuentos de cualquier clase y los de hadas
especialmente me han fascinado. Así que si descubro que se ha
publicado una novela romántica que se basa o tiene alguna similitud
con algún cuento, no puedo resistirme a ella; suelo leerla. Es lo
que me ha sucedido con Mi nombre es Ella, la novela juvenil romántica
publicada por la editorial Versátil.
Es
importante remarcar que se trata de una novela juvenil, pues la
protagonista, nuestra Cenicienta particular, es una muchacha de
apenas quince años. Pero señalada esta característica, puedo
centrarme en comentar mis impresiones sobre esta historia.
Mi
nombre es Ella parte del ilustre cuento de la Cenicienta. Nos adentra
en la nueva vida que aquella humilde jovencita comenzó después del
“y fueron felices para siempre”.
Cenicienta
-cuyo verdadero nombre en el libro de Margaret Peterson Haddix es
Ella- enamoró al príncipe Encantador cuando su pie encajó en el
zapatito de cristal. Embelesado, éste le pidió en matrimonio y, con
él, abandonó la vieja casa donde vivía con su malvada madrastra y
hermanastras (a las que en su cabeza, al recordarlas, apoda
“demoniastras”), limpiando, cocinando y sufriendo humillaciones.
El
futuro se vaticina dichoso. Un sueño hecho realidad... ¿o no?
El
siguiente paso es convertir a la humilde Cenicienta en una princesa,
para ello hay pulirla, aleccionarla y prepararla. Empiezan así las
clases de protocolo, costura, genealogía real, religión.. todo
cuando debe saber Ella para convertirse en la princesa Cynthiana
Eleonora.
Sin
embargo... y aquí es donde comienza esta historia, ¿creéis una
joven que ha trabajado sin descanso durante toda para sobrevivir
pueda convertirse en una princesa cuyo único cometido sea
desenvolverse con gracia, lucir su belleza y engendrar a hermosos
niños?
Conforme
pasan los días, el hechizo que envuelve la gallarda figura del
príncipe Encantador, la perfección de la vida real se difumina.
Ella se siente encerrada en una jaula de oro, confinada a seguir los
dictados de Madame Bisset, la férrea institutriz empecinada en que
siga sus normas para convertirse así en la princesa del reino, o las
enseñanzas de Lord Reston, el profesor de religión.
Sólo
la presencia de Jed, el hijo de Lord Reston al que sustituye en sus
clases tras la enfermedad de éste y de Mary, una joven sirvienta
llevan algo de compañía a Ella. Incluso el príncipe Encantador
parece otro entre los muros de ese palacio. ¿Permanecerá Ella tras
esos barrotes o se aventurará a abrir la reja y, una vez más, tomar
las riendas de su vida?
Sí,
el cuento de Cenicienta se desmorona... al menos en esta versión.
Aunque
como novela romántica se aleja del estereotipo de historia que
solemos leer, ya que la historia de amor de la protagonista no es en
realidad el eje de la trama, Mi nombre es Ella me ha parecido una
lectura refrescante, ingeniosa y, ante todo, muy feminista. Narrada
con sencillez, a través de los ojos de Ella, vamos siendo testigos
del cambio que se produce en esta particular Cenicienta una vez que
llega a palacio. Día tras de día de clases, lecciones, protocolo y
un ejército de sirvientes y tutores a su alrededor dispuestos a
educar a la princesa.
En
sí, creo que la novela no hace sino ofrecer una visión diferente,
más moderna del estereotipo de Cenicienta, rompiendo con muchos
moldes sociales preestablecidos y, también, transmitiendo un mensaje
de coraje y crecimiento personal.
La
protagonista indiscutible de esta historia es Ella que nos traslada a
ese elegante palacio, donde un día le resulta igual de monótono que
el anterior, donde no encuentra alicientes y donde, incluso, el
príncipe Encantador parece diferente. Tras el enamoramiento inicial,
la realidad le hace ver todo con otros ojos (como en la vida misma) y
la presencia de personajes como Jed Reston y Mary le sirven para
asomarse más allá de los muros de su prisión.
En
realidad, la novela no narra grandes vicisitudes, sino el día a día
de la nueva vida de Ella, lo que la lleva a compararla con la
anterior. Como digo antes, creo que es una historia que habla sobre
todo de conocerse a sí mismo, de crecimiento emocional y madurez, de
sueños a cumplir y de otras facetas de la vida.
Aunque
no suelo leer novelas juveniles románticas, de cuando en cuando leo
alguna. Ésta me ha llamado la atención por su temática y al leerla
he descubierto una trama sencilla, coherente y amena. Si bien debo
decir que en ocasiones el ritmo me ha parecido algo lento, al ser
una novela de menos de 200 páginas no me ha aburrido en realidad.
Creo que es una novela agradable de leer y que cuenta una buena
historia, aún sin ser la historia romántica clásica. Más bien
diferente.
Aún
con ese sabor a cuento de hadas, diría que Mi nombre es Ella es una
continuación más moderna del clásico de Cenicienta ofreciendo un
punto de vista diferente, no exento de valor y riesgo... Al menos es
la lectura que yo hago de esta historia.
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