Título original: Chasing Stanley
5º New York Blades
Autora: Deirdre Martin
Género: Romántica contemporánea
Editorial: Talismán
Año publicación. 2008
Persiguiendo
a Stanley es la quinta de las novelas que componen la saga de los
Blades de Nueva York. Desde el inicio de la saga, Contacto, el equipo
de hockey no ha estado nunca tan cerca de ganar la copa Stanley, con
lo que los nervios y la tensión de los jugadores y del cuerpo
técnico están a flor de piel.
Jason
Mitchell es el nuevo jugador de los Blades. Acaba de llegar a Nueva
York desde Minnesota. Hijo de granjeros, está deslumbrado por la
gran ciudad y lo que puede ofrecerle a alguien como él, una joven
promesa para los Blades y un hombre soltero y sin ataduras. Quiere
demostrar su valía en uno de los equipos más importantes del mundo
del hockey, cueste lo que cueste. Sabe que está ante una excelente
oportunidad para lograrlo. Además el que su hermano gemelo, Eric,
jugador del equipo de Nueva Jersey, y él mantengan una férrea
rivalidad es un aliciente más.
A pesar de que en esos momentos, estando en juego pasar a la siguiente fase del campeonato, no tiene cabida en su vida una mujer, se siente muy atraída por la tímida Delilah Gould, una entrenadora y adiestradora de perros, cuando la conoce en el parque. Delilah le amonesta por el modo en que trata a su perro Stanley, un cachorro de terranova un tanto indisciplinado y travieso. Jason no tiene tiempo ni demasiadas habilidades para adiestrarlo, así que le pide a Delilah que se encargue de él, además de cuidarlo cuando viaje con el equipo fuera de Nueva York.
Aunque inicialmente se niega, finalmente Delilah accede y de este modo comienza una relación entre ella y Jason. Delilah se siente muy atraída por Jason pero piensa que es poco probable que se fije en ella, pues una joven tímida que no sabe sacar partido a su cualidades y siempre lleva la ropa llena de pelos de perro.
Delilah
ha vivido toda su vida en Nueva York pero, a diferencia de Jason,
prefiere la soledad y la compañía de los perros a relacionarse con
otras personas. Siendo la hija única de un matrimonio que se ha
pasado la mitad de su vida juntos discutiendo, encontró en los
perros a unos compañeros cariñosos, leales y más estables que los
humanos. De hecho Delilah es extremadamente tímida, hasta el punto
que es una joven con dificultades importantes para relacionarse
socialmente.
¿Existe
un futuro para esta singular pareja siendo Jason un hombre abierto y
ávido por integrarse a la activa vida social de los Blades?
Diría que Persiguiendo a Stanley es una novela plácida de leer. No existen sobresaltos, malos entendidos ni grandes angustias por parte de ninguno de los protagonistas. Nos narra el día a día de un equipo de hockey a través de los ojos de Jason, la joven promesa que trata de destacar, y su incipiente relación con Delilah, una mujer tan retraída y tímida que ha renunciado a muchos de sus sueños por causa de ésta.
En
general me gusta la saga de los Blades de Nueva York. Si soy sincera
las novelas sobre deportistas, la gran mayoría de las que he leído,
me han resultado muy interesantes y divertidas. Persiguiendo a
Stanley no la describiría como divertida, aunque sí hay algunas
escenas que, al menos a mí, me han hecho sonreír.
De
todas las novelas de la saga que he leído hasta ahora no es la que
más me ha gustado, creo que ni mucho menos es la mejor, pero insisto
que las historias de los jugadores de los Blades me están gustando
mucho.
Para
mí una de las características de esta novela que hacen que sea
diferente es que sus protagonistas no son perfectos. Al contrario,
tienen defectos y son esos defectos el motor que impulsa esta
historia.
Además
de ser ambos jóvenes y tener las inseguridades propias de la edad y
la inexperiencia, la timidez de Delilah hace que su relación con
Jason pase por altibajos, ya que Jason quiere y necesita relacionarse
con sus compañeros de equipo y quiere integrarse en la vida social
neoyorquina. Para Jason una pareja como Delilah es, algunas
ocasiones, un problema y eso hace que existan problemas entre ellos.
No obstante, no me resultó difícil sentir simpatía por Delilah. A
pesar de ser tan pero tan tímida e insegura, a pesar de que a causa
de ello su amor por los perros pueda resultar desmedido, creo que es
un personaje que te llega a calar porque despierta cierta ternura.
Tanto
por la profesión de entrenadora y adiestradora de Delilah, como por
el papel que juega Stanley -el perro de Jason- la temática canina
está muy presente en la novela. Diría que es así hasta límites
insospechados.
Creo
que eso es justamente lo que en ocasiones la novela rice el rizo un
poco, los perros son de alguna manera un obstáculo entre Jason y
Delilah. O no tanto un obstáculo.... pero analizar su comportamiento
implicaría desvelar aspectos de la historia que prefiero no
comentar.
Sólo
decir que Stanley es un personaje con gran peso en la novela. Es
algo más que una mascota. Es, como digo, un personaje. Tiene un rol
definido y como sucede con otras historias donde aparecen niños que
se convierten en imprescindibles o causa de algunas escenas muy
relevantes, Stanley juega un papel muy parecido.
Y
como es habitual, en esta novela están muy presentes personajes de
novelas anteriores como Ty y Janna, Michael Dante y Teresa, Gemma y
Sean, Paul y Katie...
Para mí Persiguiendo a
Stanley es una novela amena, ágil, con algunos momentos divertidos
-incluso un poco surrealistas- que hacen que la lectura sea muy
ligera. No es la novela que más me ha gustado de la saga, a veces
me ha parecido un tanto surrealista, pero me ha hecho pasar un buen
rato. A pesar de que en ocasiones el tema canino me resulta excesivo,
con tanto pelo y tanta baba, creo que es un libro que sin grandes
pretensiones, protagonizada por unos personajes jóvenes e inexpertos
dan pie a una historia sencilla.
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