Título original: Irish rose
2º Corazones irlandeses
Autora: Nora Roberts
Género: Romántica contemporánea
Editorial: Harlequín/Top novel
La
llegada de Adelia y Travis Grant, junto a sus hijos, al pequeño
pueblo irlandés de Skibereen, el lugar donde se crió, da a su prima
Erin una oportunidad que ha buscado durante mucho tiempo: la de
cambiar de vida.
Erin Mckinnon es una mujer de origen humilde que
trabaja haciendo la limpieza en una posada del pueblo, además lleva
la contabilidad de ésta junto con la de otros negocios. No
obstante, es un alma inquieta que siempre ha ansiado más. Cree que
la vida tiene aún más que ofrecerle, por ello, en repetidas
ocasiones se ha planteado seriamente la posibilidad de abandonar
Skibereen. Entre sus planes, figura la idea de trasladarse a Dublín
u otra gran ciudad para buscar trabajo como secretaria.
Cuando
los Grant llegan a Irlanda no lo hacen solos, sino acompañados de
Burke Logan, el dueño del rancho vecino de Royal Meadows y un amigo
de la familia, un hombre que cambiará el rumbo de su vida y de sus
planes.
Burke y Erin se sienten inmediatamente atraídos el uno
por el otro, a pesar de la animosidad que surge entre ellos. Sin
embargo, cuando Burke le ofrece trabajo como contable en su rancho,
As de Tres, Erin no lo duda y acepta.
De ese modo Erin comienza
una nueva vida y un nuevo trabajo en Estados Unidos, al lado de un
hombre atractivo y misterioso que la afecta como ningún otro.
Inicialmente vive con su prima Adelia y la familia de ésta, pero
inesperadamente Burke le ofrece matrimonio, un matrimonio que nada
tiene que ver con el amor y una promesa duradera, pero aún así
acepta.
Erin quiere ser más que una esposa de nombre, quiere
serlo en todos los sentidos y está dispuesta a todo por ganarse el
corazón y la confianza de su marido.
Rosa irlandesa es la
segunda de las novelas que componen la trilogía de Corazones
irlandeses, escrita por la prolífica autora Nora Roberts. El punto
de partida de esta historia tiene relación con Fuego irlandés, ya
que gira en torno a una joven irlandesa que emigra de su país de
origen. Como Adelia hizo en su día, Erin viaja a Estados Unidos en
busca de un futuro y, también como hiciera su prima, Erin se casa
con un hombre al que ama en secreto sin saberse correspondida.
Burke
es un hombre misterioso que guarda celosamente un pasado que no
comparte con nadie. A pesar de la complicidad que tiene con Erin, no
es capaz de hablarle de su nacimiento, de su familia ni de la vida
que llevó antes de conocerla. Poco sabe de su marido, salvo que es
dueño de un rancho de caballos que, según se dice, ganó en una
partida de cartas y que el juego ha sido parte de su pasado.
Día
a día Erin trata de ganarse la confianza de Burke y demostrarle que
puede confiar en ella algo más que la contabilidad de As de Tres.
Cuando Erin descubre un complot que pone en entredicho la reputación
de su marido, así como de sus caballerizas, no lo se piensa dos
veces y trata de intervenir, aun poniendo en riesgo su vida.
Para
Burke es difícil confiar en los demás, incluso en Erin. Desde que
la conoció notó en ella una vena ambiciosa que admira porque le
muestra a una mujer que sueña y persigue una vida mejor, pero a la
vez eso le hace recelar, pues cree que se casó con él porque le
ofrecía la entrada a ese sueño y una seguridad económica nada
desdeñable. Pese a sus recelos, a sus luchas internas, Burke
descubre poco a poco que la vida junto a Erin es más plena y feliz
de lo que esperaba y, del mismo modo, la coraza con se protege
comienza a resquebrajarse.
A pesar de las similitudes en el
argumento entre ambas novelas, Rosa irlandesa nos ofrece una historia
muy diferente, con protagonistas muy diferentes a Fuego irlandés. Si
bien hay un nexo entre ambas -de hecho tanto Adelia como Travis están
muy presentes y los Grant y Burke son vecinos y se mueven en los
mismos círculos- estamos ante otra novela gracias sobre todo a
sus protagonistas.
Erin es una mujer luchadora y con ambiciones;
Burke es un hombre misterioso, sin raíces y un tanto desconfiado
pero la de ellos es una historia muy bonita que va evolucionando poco
a poco.
A pesar de tratarse de una novela no muy extensa,
desde mi punto de vista la trama está bastante desarrollada, sin
resultar precipitada ni aburrida. Nuevamente el mundo de la hípica y
las carreras de caballos está muy presente, de hecho es uno de los
pilares sobre los que se sustenta Rosa irlandesa. Parte de la trama
gira en torno a una mano negra que parece tratar de desacreditar el
nombre de Burke Logan dentro del mundo de las carreras.
Dejando de
lado la parte de suspense, como novela romántica me parece que narra
una historia de amor muy dulce, donde hay tiras y aflojas,
acercamientos y distanciamientos, desconfianza y muchos
sentimientos encontrados entre Erin y Burke.
Me ha
gustado ser testigo de como Erin y Burke deben vencer esa lucha
interna que les impide conseguir la felicidad que tienen al alcance
de la mano. De Burke me ha sorprendido su inseguridad porque a
primera vista parece un hombre muy fuerte y seguro de sí mismo, sin
embargo su pasado le ha dejado una huella muy profunda. De Erin
admiro la fortaleza y seguridad en sí misma, su ambición por
mejorar en la vida y la sinceridad con que encara lo que piensa y
siente.
El único punto débil que le veo a la novela gira
alrededor del personaje de Rosa. Me parece alguien que por ser quién
es esperaba alguna escena que reflejara más de su vida y sus
secretos. Es una mujer a la que creo que se llega a conocer.
Pero
en líneas generales, Rosa irlandesa me parece una novela que cuenta
una bonita y tierna historia de amor, ambientada en el apasionante y
emocionante vida del adiestramiento de caballos, las carreras y la
competición.
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