Título original: Wanted wife
Autora: Kate Hoffmann
Género: Romántica contemporánea
Editorial: Harlequín
Año publicación: 1994
Empresario
de Chicago, solvencia económica, 38 años, busca esposa de 25 a 35
años. Se requiere comportamiento impecable, buena educación,
titulación universitaria y una visión práctica del matrimonio.
Enviar
currículum lo más pronto posible a Apartado de Correos 13707,
Chicago, Illinois.
Como
presidente de Babylove Foods, Jordan Prentiss ha trabajado con
denuedo por evitar la ruina de la empresa. Tan solo contaba con
treinta y cuatro años cuando tomó las riendas y ahora, cuatro años
después, está preparado para convertirla en un referente dentro del
mercado de alimentación infantil.
Por desgracia, los socios
capitalistas de la empresa no parecen valorar sus logros, sólo sus
defectos. Y es que el hecho de que Jordan siga soltero a los treinta
y ocho, sea fotografiado regularmente por la prensa acudiendo a
diferentes eventos sociales con otras tantas acompañantes femeninas
diferentes, es lo que desagrada a las conservadoras mentes del
consejo. Su primo Edward parece un candidato más ideal a ocupar la
presidencia al ser un hombre casado y padre de familia.
Pero
Jordan no está dispuesto a perder el puesto por el que tan duramente
ha luchado en favor de Edward -un incompetente que hundiría a
Babylove en tiempo récord- y si para continuar como presidente es
preferible estar casado, ¡qué así sea!
El
problema radica en que no mantiene una relación con ninguna mujer
-algo que tampoco es de extrañar pues no le duran más de dos meses-
y la próxima reunión del consejo de socios es en tres meses. Será
entonces cuando su futuro y el de Babylove quede sellado. Así que
sin que eso parezca importar demasiado al empresario y con un plan en
mente, contrata los servicios de Elise Sinclair para preparar la gran
boda. ¿Qué boda? Evidentemente la suya.
¿Pero
con qué novia? No importa, mientras la joven organiza el evento él
se asegurará de encontrarla.
La
empresa de Elise A Tasteful Affair no pasa por su mejor
momento. Son varios los gastos a los que debe hacer frente y sabe que
una gran boda, de las que conllevan mucha publicidad, es justo lo que
necesita para dar un empujoncito al negocio. Así que cuando una tal
J. Prentiss requiere sus servicios para organizar su próximo enlace
matrimonial, sabe que está ante esa oportunidad.
La
primera sorpresa que se lleva es que J. Prentiss no es la novia sino
el novio, la segunda es que quiere organizar una fastuosa boda en
menos de tres meses. La tercera -pero no menos importante- es que la
novia del señor Prentiss es un tanto misteriosa. No aparece en
ninguna de las reuniones que mantiene con el empresario para hacer
los preparativos, de hecho para hablar con ella siempre debe enviarle
mensajes a través de Jordan y, para colmo, no parece mostrar el
menos interés en el que se supone es uno de los días más felices
de su vida.
Pero
las cosas aún se pueden complicar más. Y para su desgracia, Elise
se percata que día a día se siente más atraída por Jordan
Prentiss y que, en su fuero interno, desearía que aquella fuera su
propia boda.
Puede
que a primera vista parezca una novela un tanto surrealista. Es
cierto que fue lo que pensé al leer la sinopsis y las primeras
páginas. Pero la realidad es que si te olvidas de este pequeño
detalle -algo que sinceramente me sucedió enseguida- te encuentras
ante una atípica, divertida y dulce historia de amor. Porque creo
que es una historia realmente bonita.
Los
protagonistas principales y más importantes -el resto de secundarios
aunque tienen su papel no aparecen en demasía, lo justo y cuando la
situación lo requiere- son Elise Sinclair y Jordan Prentiss.
Como
muy bien señala el título de la novela, Jordan Prentiss busca
novia que acceda a casarse con él. Después de todo las ventajas que
le reportaría a la mujer en cuestión el convertirse en la señora
de Jordan Prentiss no son nada desdeñables: una posición
envidiable, dinero, lujo, coches, viajes.... Pero a pesar de que ser
considerado el soltero del año, la misión no resulta tan sencilla
como preveía.
No
sólo no da con la mujer de su círculo que le parezca apta para
ocupar el lugar de esposa, sino que se siente poderosamente atraído
por la hermosa Elise Sinclair, una mujer nada práctica, romántica e
idealista que cree que la única razón por la que un hombre y una
mujer deben casarse es ¡el amor!
No,
definitivamente Elise no cumple los requisitos que la capacitan para
el puesto de señora de Jordan Prentiss. Pero entonces... ¿por qué
no puede dejar de pensar en ella ni un sólo instante?
Elise
es una mujer joven, idealista y romántica que cree en el amor. El de
sus padres fue un matrimonio por amor, algo que hoy en día y si toma
como referente a Jordan Prentiss, parece ser algo anticuado. Pero
ella sueña con conocer a un hombre con el que compartir su vida, sin
que tercien conceptos como contratos, dividendos, ganancias y
pérdidas. Desde su punto de vista lo que Jordan busca es sellar un
frío contrato de negocios, no comenzar una vida en común junto a la
mujer amada. Y eso la desmoraliza. Pero tampoco impide que una parte
de ella misma se pregunte si, sólo tal vez, a pesar de todo...
¿podría ser ella la mujer junto a él en el altar?
No
quiero entrar en detalles sobre qué sucede, puesto que al tratarse
de una novela tan cortita (poco más de 200 páginas) rompería la
chispa de la historia. Poco más puedo añadir a lo que he comentado.
Sólo quisiera remarcar que desde mi punto de vista estamos ante una
romántica, dulce y divertida novela protagonizada por un práctico y
frío hombre de negocios que no cree en el amor y una romántica
incurable que cree en el amor para toda la vida.
Sí,
lo sé, a simple vista esto no cuadra. Son incompatibles. Pero página
a página, capítulo a capítulo descubres una divertida y
enternecedora historia de amor que, al menos a mí, me ha atrapado.
Creo
que es una historia muy bonita. Sencilla y puede que surrealista,
pero me ha encantado y la verdad es que he cerrado el libro con una
sonrisa en la boca.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Tus comentarios enriquecen este blog. ¡Muchas gracias!