Título original: Simply perfect
4º Escuela Miss Martin's
Autora: Mary Balogh
Género: Romántica histórica
Editorial: Titania
Año publicación: 2011
UNA SOLTERA QUE HA LOGRADO SUS OBJETIVOS EN LA VIDA...
Claudia Martin ha logrado que su escuela para señoritas sea todo un éxito, tanto para las chicas becadas como entre las hijas de familias ricas y poderosas. Ha dedicado toda su vida a elegir a sus docentes y formar a las jóvenes. Aunque tres de sus mejores profesoras se han casado e ido, sigue con su trabajo con alegría, a pesar de no haber encontrado el verdadero amor. Un viaje a Londres cambiará esa sensación de haber conseguido sus metas: un hombre que representa todo lo que alguna vez soñó aparece frente a sus ojos. Pero se trata de un noble, un sueño inalcanzable para una simple directora de escuela.
… DESCUBRE LA PASIÓN EN EL HOMBRE EQUIVOCADO.
Joseph, el marqués de Attingsborough, debe encontrar una esposa. Ya tiene 35 años y es hora de tener un heredero digno del ducado de su familia. Para eso debe hallar una mujer que también encaje en las expectativas de su linaje, pese a que su corazón comience a latir por Claudia Martin. Dispuesto a conseguirla y a enfrentar los numerosos obstáculos que los separan, comienza a seducirla sin sospechar que un secreto que conmocionará a toda la sociedad, un hombre del pasado de la profesora y un matrimonio concertado se interpondrán cruelmente en su camino.
Estamos,
por fin, ante la cuarta y última novela novela de la saga
Simplemente, la protagonizada por la estricta directora de la escuela
de señoritas de Claudia Martin. Antes de llegar a esta historia y,
por supuesto, de leerla, me costaba imaginarme cómo sería la novela
protagonizada por Claudia pero, sinceramente, me intrigaba mucho.
Y
es que eso de que se trate de la directora que, novela tras novela,
nos han descrito como una mujer más mayor -tiene treinta y cinco
años- formal, estricta y la típica solterona que cabe esperar en
una novela romántica, a mí, particularmente, me atraía mucho.
Siempre me pasa con los personajes un tanto atípicos que rompen con
la norma. De modo que sentía mucha curiosidad.
Pero lo cierto es que
durante los primeros capítulos de lectura no logré engancharme. Me
resultaba una sucesión de encuentros, salidas y reuniones típicas y
tópicas de una novela de La Regencia con la salvedad que la
protagonista no era la joven y tímida debutante, sino la solterona
directora de la escuela.
Claudia
no siente demasiada simpatía por los nobles, especialmente si se
trata de un duque y Joseph, el marqués de Attingsborough
y futuro duque de Anbery, era tan extremadamente formal, correcto y
educado que, sinceramente, la novela no me decía mucho. Pero
apareció Lizzie y su dulzura y vulnerabilidad me ganaron el corazón.
A partir de ahí no pude dejar de leer la novela.
Lo
cierto es que con su entrada en escena se vislumbra una cara de
Joseph que antes de esto era impensable ver y, lo cierto es también,
que Claudia muestra su carácter más cariñoso.
Tal
vez la historia de amor entre Joseph y Claudia no haya terminado de
seducirme. Como digo los primeros capítulos me resultaron una
lectura un tanto tediosa, pero luego cambió, aunque en gran parte se
debe a la pequeña Lizzie. Sin embargo, también es cierto que a
medida que comienzan a nacer sentimientos entre ellos, aunque tratan
de ignorarlos o esconderlos, la historia también gana mucho. Por
todo eso, al final la novela me ha resultado muy agradable y la
historia muy bonita.
La
que en principio parecía una trama un tanto típica, a pesar de
estar protagonizada por una maestra de escuela de treinta y cinco
años, poco a poco ha ido mutando en otro tipo de novela, donde hay
momentos para las escenas dulces y tiernas, para las tristes e
incluso para alguna de humor.
Pero
tengo que ser sincera y decir que aun pareciéndome una novela bonita
y agradable, es en una gran parte a causa del personaje de Lizzie.
Ver la evolución de la pequeña cieguecita, como es acogida por
Claudia y protegida por Joseph, y como la niña comienza a
relacionarse con las niñas de la escuela ha dado lugar a una lectura
deliciosa.
A
pesar del inicio la historia de amor de Claudia y Joseph me ha
gustado, es coherente en su evolución. Después de todo representan
dos mundos: Joseph al noble criado bajo preceptos morales
inquebrantables que están por delante de cualquier cosa, el deber
siempre antes que el amor; y Claudia la mujer que ha renunciado a su
feminidad y al amor en pos de su libertad y su independencia.
Pero
como en toda novela romántica, el amor siempre vence y Simplemente
perfecto no es la excepción. Creo que es una novela bonita,
esperanzadora y dulce.
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