Título original: The perfect rake
1º Hermanas Merridew
Autora: Anne Gracie
Género: Romántica histórica
Editorial: Berkley
Fecha de publicación: 2005
Tras la
muerte de sus padres, Prudence y sus cuatro hermanas quedan bajo la
tutela de su abuelo, un hombre de principios rancios y con una veta
malvada y violenta, que no duda en explotar con frecuencia.
Al ser
la mayor, Prue ha tomado bajo su ala a las menores, especialmente a
la pequeña Grace que cuenta con diez años. Desde niñas las
hermanas Merridew han sufrido las palizas de su abuelo, hasta que
ocurre un episodio especialmente violento.
Tratando
de defender a Grace, Prudence se enzarza en una discusión con el
déspota anciano, que termina cayendo por las escaleras. Aprovechando
que estará varias semanas convaleciente, Prudence huye con sus
cuatro hermanas a Londres. Valiéndose de una carta falsificada por
ella misma, se personan ante el tío abuelo Oswald, quien las acoge
con los brazos abiertos y accede a presentarlas en sociedad.
Apenas
restan unas semanas para que Prudence cumpla veintiún años, fecha
en la que pasará a convertirse en la tutora de sus cuatro hermanas
menores y cobrará la herencia de sus padres. Entonces, las hermanas
estarán a salvo. Si lograse huir del abuelo hasta esa fecha y, al
menos, una de ellas encontrara marido...
El tío
abuelo Oswald está feliz de presentar a sus sobrinas nietas en
sociedad. Descartando a Grace que es aún una niña, desea presentar
a las cuatro mayores. Pero Prudence carece de la belleza deslumbrante
de Charity, Hope y Faith; incluso Grace ya la supera y temiendo que
no reciba ninguna propuesta, decide que será ella la primera en ser
presentada. Luego Charity y, por último, las gemelas.
Prudence
no desea buscar marido. Por un lado siente que es su deber velar por
la seguridad de sus hermanas, como prometió a su madre en su lecho
de muerte, y procurar que todas ellas hagan buenos matrimonios; por
otra parte está comprometida desde hace cuatro años, en secreto,
con Phillip Otterbury quien se encuentra en La India haciendo
fortuna. Phillip dista de ser el marido que el tío abuelo Oswald
quiere para ella: un hombre con título, dinero y posición social.
Así
que Prudence trama una estratagema y finge estar comprometida con el
duque de Dinstable, del que oye hablar en alguna reunión social, y
al que se describe como un ermitaño que vive en Escocia y no ha
pisado Londres en años.
El tío
abuelo Oswald desconfía de ese compromiso y está contrariado ante
la idea de que la dulce Prue pueda haber sido vilmente engañada por
el duque. Pero, afortunadamente, le informa, el recluso duque ha
decidido visitar Londres, al parecer para buscar esposa. Así que, él
mismo irá a su mansión para exigir saber cuáles son sus
intenciones con su sobrina nieta y si piensa honrar su palabra de
matrimonio.
Prudence
logra visitar al duque antes para advertirle de su pequeña mentira y
pedirle su ayuda. El duque parece divertido ante la farsa de
Prudence, y le sigue la corriente fingiendo ser su solícito
prometido. La llegada de sir Oswald deja al descubierto que, en
realidad, el duque no es el duque, sino Lord Carradice, su primo.
A
partir de ahí podría decirse que la situación se desborda un poco.
A
diferencia de todos, Gideon, Lord Carradice, cree que Prudence es la
auténtica beldad de las hermanas Merridew y, atraído por su
carácter directo y franco, además de mandón, no sólo la besa
cuando se quedan a solas, sino que comienza un peculiar cortejo que
escandaliza a Oswald. Después de todo si por algo es conocido Lord
Carradice es por ser un redomado libertino. Gideon no tiene intención
de pasar por el altar, pero no puede evitar representar el papel de
prometido aun cuando no se le pide que lo represente.
Hace
tiempo leí El beso perfecto, la cuarta y última novela de la saga
de las hermanas Merridew. Me quedé con la intriga por conocer las
historias del resto de hermanas, así que me decidí a dar una
oportunidad a esta saga y conocer más sobre esta autora.
The
perfect rake es la novela que da comienza a la saga. Si algo, creo,
caracteriza a Anne Gracie es que escribe novelas con un inconfundible
aire a cuento de hadas. Como The perfect rake.
Tenemos
a cinco hermanas huérfanas que viven bajo el puño de un abuelo
violento y cruel, a una heroína que si bien es un patito feo entre
bellos cisnes es la guerrera luchadora de la historia, a un héroe
libertino, pero protector y encantador que, a la largo de la novela,
protege y vela por la heroína y sus hermanas; tampoco falta un duque
a la búsqueda de esposa que, como el héroe, cae bajo el hechizo de
una de las hermanas Merridew; además de varios personajes más, como
el tío abuelo Oswald, Lady Augusta y un puñado de fieles
sirvientes, que cual hadas madrinas ayudan a las hermanas Merridew.
Tengo
que confesar que me he divertido mucho leyendo esta novela. Si bien
la historia que se nos cuenta en el fondo es dura, la autora la ha
narrado de tal manera que lo que impera a lo largo de la lectura es
sonreír. Y continuamente.
Casi
como en una comedia de enredos, el falso compromiso de Prudence y
Gideon da pie a que sus caminos se crucen continuamente y, también,
a una hilarante escenas tras otra, a diálogos que definiría como
disparatados, con falsas identidades y compromisos más falsos aún.
El resultado es una novela sencilla, agradable de leer y bastante
divertida que cuenta dos historias en una.
Por un
lado está la de Gideon y Prudence; por otro la de Charity y Edward,
el auténtico duque de Dinstable. No obstante, el peso de la novela
recae sobre Prudence y Lord Carradice.
¿Qué
puedo contar sin desvelar demasiado de esta peculiar pareja?
Pues...
que la de ellos es una historia divertida, desenfadada que recrea a
la mil maravillas una lucha de voluntades. Prue es terca y de ideas
firmes, pero ante ella tiene un oponente que no da tregua y es
imprevisible. Lord Carradice resulta ser un libertino peculiar. Sí,
ha sido un libertino durante años pero, de repente, parece un
cordero dispuesto a ir al matadero voluntariamente. Es irreverente,
con gran sentido del humor y, en el fondo, un galante caballero que,
creo, conquista el corazón de las lectoras no sólo por cómo trata
a Prudence, sino a la pequeña Grace, su peculiar paladín. Confieso
que a mí me ha conquistado.
Prudence
oculta un secreto, un pasado más turbio de lo que parece a primera
vista. En mi opinión, tal vez, no se nos permite conocer demasiado
hasta el final, lo que, opino, hace que los hechos acontezcan de un
modo un tanto apresurado. Pero, en contrapartida, da lugar a un
desenlace impactante.
Además
se esboza la historia de Charity, la auténtica beldad de las
hermanas Merridew, y Edward, el austero duque de Dinstable. Sin
ahondar en detalles y sin que eclipse en ningún momento la de
Prudence y Gideon es una bonita historia.
El
resto de hermanas tiene su pequeña papel, pero es en sucesivos
libros donde se conocen sus historias.
No
pasará a ser una de las novelas que atesore y recuerde
especialmente, pero creo que The perfect rake es una buena historia,
gracias a cuyo protagonista, Gideon, este peculiar el libertino, he
descubierto una lectura risueña que me ha hecho reír por lo
disparatado de algunos episodios, sencilla, donde no hay grandes
sobresaltos, es cierto, pero con un punto amargo por el secreto de
Prue.
Al fin,
todo ello ha propiciado que haya pasado un rato agradable y,
probablemente, me anime a leer las historias del resto de hermanas.
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