Título original: Honey moon
novela independiente
Género: Novela contemporánea/narrativa femenina/romántica
Editorial: B de bolsillo
Fecha de publicación: Febrero 2014
novela independiente
Género: Novela contemporánea/narrativa femenina/romántica
Editorial: B de bolsillo
Fecha de publicación: Febrero 2014
Honey Jane Moon
es una pequeña sabelotodo, valiente e inteligente, pero mal
preparada para convertirse en la más famosa estrella infantil de
América... a pesar de que no es tan joven como todo el mundo cree.
¡Cuidado!
¡Honey va a manejar a los hombres de su vida loca! Entre ellos Eric
Dillon, un ardiente "chico malo" y uno de los actores más
talentosos de Hollywood. Y Dash Coogan, el último de los héroes
vaqueros, un hombre atrapado en una pantalla demasiado pequeña para
contener una leyenda.
Cuando Honey se
enamora, lo hará de la única manera que sabe: con todo su corazón.
Empecé
a leer esta novela con reticencia, sin saber muy bien qué iba a
encontrarme. El título original, Honey moon, me indujo a creer que
estaba ante la historia de una luna de miel, y tratándose de Susan
Elizabeth Phillips, casi imaginé una novia a la fuga. Pero no, Honey
moon es la protagonista de esta preciosa y conmovedora historia.
Antes
de nada, debo advertir que, probablemente, desvelaré detalles de la
novela. Aunque no soy muy partidaria, en esta ocasión creo que debo,
más que nada para que cualquier lectora que me lea, no se lleva a
engaños y crea estar ante una novela de características diferentes.
Honey
Jane Moon es una jovencita de dieciséis años, un poco marisabilla,
pero leal, luchadora y con un gran corazón. Me conquistó desde la
primera escena, en ese destartalado parque de atracciones en Carolina
del Sur, cuando reza a Walt Disney para que responda a sus
innumerables cartas de ruego para salvar el único hogar que ha
conocido desde que quedara huérfana con seis añitos.
Pero
Walt Disney no oyó sus ruegos y, tenaz como ella sola, Honey no se
rindió en su afán por conseguir el dinero para salvar a su familia.
Así que, puesto que su prima Chantal es hermosa y exuberante, la
inscribe en un concurso de belleza local que gana.
Honey
está convencida que un futuro dulce les aguarda. Pero el premio que
su prima consigue no resulta ser lo que esperaba y, nuevamente, Honey
no se rinde. Esta vez su tozudez las lleva hasta Hollywood donde
espera que Chantal Booker sea contratada para la teleserie de Dash
Coogan, un ex-cowboy y actor, estrella de la televisión. Al final
Honey resulta ser la contratada y quien se convierte en la nueva y
misteriosa estrella juvenil de dicha teleserie.
A
partir de entonces la vida de Honey, Chantal, Doug, un autoestopista
que recogen camino a California, y tía Sophie da un giro de ciento
ochenta grados. Honey Moon se convierte en una joven estrella, y a
través de su personaje en la teleserie Janie, una adolescente de
trece años, consigue eso que siempre ha anhelado: una familia.
Mientras
trabaja en la serie conoce a dos hombres, dos de los actores, que
marcarán su vida: Eric Dillon, joven y talentoso que presagia
convertirse en una estrella, que interpreta al joven del que Janie
se ha enamorado -repitiendo su historia- y Dash Coogan, el actor que
interpreta a su padre.
Tanto
Dash Coogan como Eric Dillon son los protagonistas, junto a Honey, de
esta novela. Al principio ni uno ni el otro quieren tener relación
alguna con ella. Dash se siente viejo a su lado y en su fuero interno
sabe que terminará hiriéndola; Eric no soporta ver la mirada tan
necesitada de cariño que se cruza con la suya y le sigue a todas
partes. Años atrás juró no volver a dejar que nadie tan vulnerable
y confiada como Honey se acercara a él.
Con
el paso de los años, las vidas de Dash, Eric y Honey se entrelazan y
desentrelazan dando paso a dos historias. Porque, a diferencia de la
mayoría de novelas, en Como en una montaña rusa se nos cuenta la
historia de Honey y de estos dos hombres.
Tal
vez cabría esperar que uno de ellos fuera el architípico villano al
que odiar, pero no es así. Cada uno de ellos tiene sus puntos
débiles, comete errores, y cada uno, a su manera, enamora a Honey.
Confieso
que la novela no era lo que esperaba, principalmente porque nos
cuenta dos historias de amor, pero me ha mantenido pegada a su
páginas, con el corazón en vilo, encogido e incapaz de dejar de
leer. Es una historia compleja, valiente, arriesgada que, tal vez,
otra autora no hubiera logrado hacerla brillar como Susan Elizabeth
Phillips consigue.
En
sus páginas nos narra la evolución de Honey, como se enamora, sufre
y madura, como se cae y se vuelve a levantar, como la vida le ofrece
una segunda oportunidad, así como a los protagonistas masculinos. Y,
como en una montaña rusa, hay subidas y bajadas, pavor ante la
velocidad vertiginosa pero también excitación.
Me
ha fascinado como Honey madura, la mujer en que se convierte y me he
enamorado un poco de cada uno de los protagonistas masculinos, sobre
todo de Eric, el chico malo que esconde su propio infierno personal.
A
diferencia de otras novelas de la autora, el sentido del humor no
está tan presente. Es una historia que si bien me ha divertido en
algunos momentos, en general me ha dejado con el corazón en un puño.
No sólo por la historia de Honey, sino por otras tramas secundarias
que aborda donde se tratan temas tan escalofriantes como los abusos a
menores.
Creo
que Como en una montaña rusa está más en la línea de narrativa
femenina que de una novela romántica contemporánea convencional,
pero sin duda, se ha convertido en una de esas historias que
atesoraré como una preciosa gema de valor incalculable. Pese a la
presencia de temas turbios como los ya mencionados, pese a que es una
historia en ocasiones amarga, donde acontecen hechos que no esperas
-y que habitualmente no me agradan- me ha parecido una historia
maravillosa, romántica, dulce y a la vez amarga.
En
mi humilde opinión se trata de una historia conmovedora, con
protagonistas masculinos que enamoran -especialmente Eric-, con dos
pequeñas que despiertan ternura, con una protagonista de gran
corazón que sueña con tener una familia y con una trama envolvente,
rica y excitante, que si no te deja mal sabor de boca por contar dos
historias, es de esas que, a mí al menos, me dejan con mariposillas
en el estómago.